Cuando se decidió construir un edificios de oficinas siguiendo el desarrollo que, hoy por hoy, exhibe esta emergente ciudad de Oceanía, no sólo se pensó hacer un buen edificio, sino que decidieron asentar un precedente constructivo en Australia (y tal vez al mundo).
El Melbourne Council House 2 -CH2- es un caso de máximo ahorro energético. Este edificio de oficinas fue desarrollado por la oficina 'DesignInc' en conjunto con la ciudad de Melbourne, y está ubicado en la Little Collin Street. El CH2 obtuvo seis estrellas por su innovación y la tecnología usada; como por ejemplo, células fotovoltaicas, cubiertas reguladoras de temperatura, sistema de auto reciclaje de aguas contaminadas; todo eso con un presupuesto de 50 millones de dólares australianos, unos 40 millones de dólares, cifra considerable, que en este caso es vista como una inversión a largo plazo.
Las características más impactantes del CH2 guardan relación con las celosías de madera reciclada, controladas a través de células fotovoltaicas. Una célula fotovoltaica, es un dispositivo electrónico que permite transformar la energía luminosa (fotones) en energía eléctrica (electrones) mediante el efecto fotoeléctrico. Además presenta en su cubierta cinco grandes torres de agua de 1,5 metros de diámetro y 13 metros de alto.
El objetivo de estos mecanismos es regular la temperatura del edificio a través de la continua evaporación de gotas de agua, lo que permite la reducción de la temperatura interior del edificio a 21°C, (desde una temperatura inicial de 35°C), y permite también bajar la temperatura del agua a 12°C.
Otro de los aspectos interesantes del edificio son las turbinas de viento, que permiten enfriar el edificio durante la noche, equilibrar la temperatura interna del edificio y reciclar el gasto excesivo de energía para reutilizarlo en el sistema de climatización. El punto en contra del edificio es la gran inversión que se ha tenido que hacer por construirlo; gran inversión será sinónimo de gran resultado. Se espera que toda la inversión realizada en tecnología se recupere en un plazo de 10 años.
Está claro entonces que la tasa interna de retorno o TIR, de este edificio, está pensada como una inversión a futuro, con una lógica de sustentabilidad que va más allá de la simple (o mejor dicho, compleja) utilización de tecnología de punta. La sustentabilidad arquitectónica es vista en este tipo de proyectos como una solución al problema energético global, que en la medida en que los precios de combustibles y recursos hídricos sean cada vez más importantes, ejemplos como éstos van en cobrar cada vez más valor.
Es de esperar que las buenas prácticas de estas tecnologías se masifiquen y que no sean una exclusividad de los países más desarrollados, ya que de ser así países de más bajos recursos podrían acceder a este tipo de sistemas.
Por otra parte es muy importante que la iniciativa para construir este tipo de edificios sea de común acuerdo entre el sector público y privado, ya que como se puede observar en este caso particular de CH2, se asociaron una empresa privada con la Comuna de Melbourne.
En la medida en que la conciencia del desarrollo sostenible se inserte en nuestras autoridades locales, será más fácil comenzar en pensar en este tipo de edificios por todo el planeta. Pero aún nos quedará un largo camino por recorrer.
bd the Architect`s website
ASADES
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